Suelo
Los suelos de la zona, a diferencia de la generalidad de las comarcas vitivinícolas de Castilla y León, tienen carácter ácido; esto confiere a los vinos una identidad particular.
La característica más remarcable del territorio es su gran diversidad a todos los niveles. El suelo no es una excepción. A lo largo del área de producción encontramos varios tipos de suelos distintos, más de lo que cabría esperar en una D.O.P. de tamaño pequeño como la nuestra.
Esta diversidad a nivel geológico y edáfico da lugar a vinos con diferentes peculiaridades; a rasgos generales podemos encontrar suelos arenosos procedentes de roca granítica, que dan lugar a vinos largos, sutiles y elegantes; en la zona central hay suelos arcillosos pocedentes de pizarras, que dotan de una mayor estructura y mineralidad a los vinos.